La Universidad Nacional de Chimborazo (Unach), tiene varios grupos de investigación, que trabajan en función de las necesidades del territorio, uno de ellos es “Energía limpia y ambiente”, del cual forma parte el Ph.D. Víctor García, con quien dialogamos para conocer los avances de sus estudios.

Ph.D. Víctor García, investigador de la Unach

Usted compagina su vida de investigador con las funciones de docente, ¿cómo es su relación con los estudiantes?

Para mí, excelente, de hecho, ayer les enseñaba a los muchachos un pensamiento de un gran físico alemán, él decía que el científico enseña con convicción.

 

¿Este contacto con los estudiantes les permite generar grupos de trabajo conjunto?

Claro, nosotros tenemos el grupo de investigación “Energía limpia y ambiente”, en el cual tutoramos trabajos de titulación, dentro de las líneas investigativas de la facultad, razón por la cual los temas de investigación son propuestos y dirigidos por los miembros del grupo, en las áreas de Ingeniería Ambiental e Ingeniería Civil.

 

¿De esta manera, se fortalecen las competencias científicas de los estudiantes?

La idea es que los estudiantes obtienen un asesoramiento científico, pero también sus resultados nutren a las investigaciones macro que desarrollamos; y, en ese marco, hay una actividad académica importante de prácticas preprofesionales en el grupo, que nos permite enseñarles ensayos y técnicas de laboratorio, etc.; por ejemplo, se han colectado con ellos 1400 muestras, midiendo tres parámetros y otro grupo le enseñamos a medir el carbono, el pH, así aprenden algo útil y aportan a los trabajos que llevamos adelante.

 

Ya que hablamos de sus trabajos ¿qué proyectos investigativos llevan adelante en la actualidad?

Desarrollamos varios proyectos, el que consideramos emblemático estudia la cuantificación de carbono en los páramos del Ecuador y en el marco de este proyecto hemos tutorado una tesis de maestría de una estudiante de la Unach, que se encuentra defendiendo su tema final en Argentina, donde se obtuvo el mapa de la cantidad de carbono en los páramos de Chimborazo, que aporta al proyecto global el cual incluye todo el corredor interandino, pero otras tres tesis han aportado en la misma dirección y ahora tenemos el diagnóstico de los páramos desde Carchi hasta Loja, determinando qué está intervenido y que no.

 

¿Qué herramientas ha utilizado?

Para ello utilizamos imágenes satelitales y planificamos una campaña de recolección de muestras en el campo, para validar la información, utilizando para ello lo último en inteligencia artificial, moviéndonos en la frontera de la ciencia.

De ahí se han derivado otros trabajos, porque así es la investigación, en el hacer es donde van surgiendo nuevos problemas; es una exploración, que con el conocimiento y asesoramiento de los expertos se conduce de la mejor manera a los investigadores.

 

¿Cuál es el fin último de este proyecto?

Pues, por un lado, el carbono juega un rol importantísimo en los cambios climáticos a nivel global y los páramos tienen en el suelo cantidades enormes de este elemento.

Por otro lado, la actividad económica de los habitantes del lugar hace que cultiven y se muevan de un lado a otro, pues han descubierto que deben rotar porque el suelo se les agota, la primera vez da muy bien pero después las plantas se enferman.

Cuando estos suelos, que son jóvenes en el Ecuador, se intervienen, se altera sustancialmente y hay un gran flujo de carbono en la atmosfera lo que contribuye al cambio climático. Por ello, a nivel mundial hay políticas que se orientan para compensar esta situación, porque es un problema multidisciplinario.

 

¿Cuáles son los resultados que han obtenido hasta el momento?

Encontramos que aproximadamente el 36% del páramo está intervenido, complementando la información que reportó el Ministerio del Ambiente del Ecuador en el 2016, sobre el número total de hectáreas que tiene el país.

La relevancia de nuestra investigación radica en conocer la realidad de nuestro medio ambiente, considerando que todo sistema ecológico tiene umbrales que si se superan son irreversibles y el nivel de este umbral es lo que caracteriza la resiliencia del sistema. El páramo tiene un equilibrio muy crítico y por eso debe conocer cuál es el umbral, hasta dónde puede tener la capacidad de recuperarse.

 

¿Cuál es el futuro de este trabajo científico?

En estas investigaciones se van generando nuevas preguntas y eso va generando nuevos proyectos de investigación y nuevos trabajos de titulación. En este sentido, cada miembro de nuestro grupo dirige al menos un proyecto de investigación, como por ejemplo el uso de inteligencia artificial para caracterizar el tipo de suelo, la cantidad de carbono sin usar el laboratorio y medir la textura del suelo, esa es una línea de desarrollo. Otras líneas, es el trabajo sobre las rocas volcánicas, la dinámica de sistemas ecológicos o el estudio de calidad del agua.

 

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